Jesús de Gaviria
6 January 1892 San Sebastián – 8 March 1975 San Sebastián
I wish to thank María Jesús Irigoyen for the picture.
In RA format
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I would like to thank Vladimir Efimenko for the recording (La tempestad).
His real name was Jesús Aguirregaviria Onaindia. He studied in Madrid with the
tenor Luis Iribarne and started singing in the choir of the Teatro de la Zarzuela. Then he went for further studies to Milano,
where he made his debut in 1919 at the Lirico as Manrico. He stayed in Italy and made a good career, partly at smaller
theaters (Jesi, Cremona, Chieti, Asti, Forlì, Cesena, Ravenna, Ferrara, Lodi, Como and so on), but also at most all the
important ones: Pisa, Catania, Modena, Rome (Teatro Costanzi), Naples (Teatro San Carlo), Venice (both at La Fenice and the
Teatro Malibran), Florence (Teatro della Pergola and Teatro Verdi), Brescia, Milano (both at La Scala and the Teatro Dal Verme),
Genova (both at the Politeama and the Carlo Felice), Palermo (Teatro Massimo), Bologna. He also sang on the Italian national
radio EIAR.
Outside Italy, he appeared at the Paris Opéra (July 1930, Manrico), in Vichy, at the Coliseo dos Recreios in Lisbon
(April/May 1930, Calaf), at the Manhattan Opera (September 1926, Radames, Canio and Manrico), in Boston, Pittsburgh, Rio de
Janeiro, São Paulo, Santiago del Chile (1929 and 1930, Manrico, Cavaradossi, Canio and Lázaro in La
Dolores), Valparaíso, Buenos Aires (Teatro Coló, 1925, Radames), Cannes, Tunis, Madrid (Teatro Real, 1926,
Radames), San Sebastián or Valencia.
He was married to the Spanish soprano Fidelia Campiña; from the mid-1930s, they continued their careers in both
Americas, often appearing together. They divorced in 1941; de Gaviria continued singing (mainly in the USA) until 1948, then he
returned to his native San Sebastián and taught voice.
De Gaviria's repertory included, beyond the roles already mentioned, Chénier, Dick Johnson, Turiddu, La tempesta
by Felice Lattuada, Dejanice by Catalani, Germania by Franchetti, Don José, Osaka, Edelweiss by
Giovanni Zappalà, Radda by Guido Bianchini, Don Alvaro, Enzo Grimaldo, Boito's Nerone, Folco (Isabeau),
Pollione, Macduff, Ernani, the title role in Guido del Popolo by Igino Robbiani, Mendi-mendiyan and Las
golondrinas by José María Usandizaga (the first one an opera in Basque language!), Giannetto (La cena delle
beffe) and La nave rossa by Armando Seppilli.
Reference 1: the fantastic website of Roberto Marcocci;
reference 2: Kutsch & Riemens
Article on Jesús de Gaviria in Spanish
by permission of Montserrat G. Román, originally published in El Diario Vasco
"Serás el sucesor de Caruso"
Discípulos del olvidado tenor donostiarra Jesús Aguirregaviria se
reunieron en San Sebastián para recordar sus grandes cualidades que
le llevaron por los escenarios de todo el mundo.
MONTSERRAT G. ROMÁN
En el cementerio de Polloe, al tenor donostiarra Jesús Aguirregaviria le debieron de pitar mucho los oídos el
pasado 23 de agosto. Varios de sus discípulos, de los que formó al final de su carrera, se reunían durante
seis horas para hablar de un cantante hoy casi olvidado en su lugar de origen y al que en 1927 el barítono italiano
Titta Ruffo, divo entre los divos, le auguró, tras cantar juntos I Pagliacci, en Pittsburg (Estados Unidos): "Gaviria,
estás destinado a ser el más grande tenor del mundo, y un probable sucesor de Enrico Caruso".
A esos discípulos, María Jesús Irigoyen, Mari Visi Coto, Evaristo Ayestarán, Antonio
González Mazquiarán, Evaristo Bastarrica, Jesús Santos, Miguel Cortijo, José Manuel Ruiz Ceberio,
los convocó la autora de este texto para evocar la memoria de este tenor dramático, más conocido fuera que
en su propia tierra.
Hace más de un año que estoy investigando sobre Jesús de Gaviria, nombre artístico con el que
Jesús Aguirregaviria Onaindia triunfó en los teatros líricos más importantes del mundo. Preparo su
biografía y, cuantos más datos obtengo sobre su trayectoria artística, más me sorprende la escasa
memoria que de él ha quedado en el País Vasco.
En enero de 1975 (poco antes de su muerte, el 8 de marzo de ese mismo año), el Ayuntamiento de San Sebastián le
concedió la Medalla de Plata de la Ciudad. Me consta que Gaviria recibió con gran ilusión ese homenaje.
Pero confieso que yo esperaba encontrar un centro cultural con su nombre, una calle o, al menos, una placa conmemorativa en
Urbieta, 22, la casa donde nació. Algún rastro que diera fe de que este tenor donostiarra dio gloria con su arte
por casi todo el mundo a su lugar de origen. Porque me consta también que Gaviria conoció muchísimas
ciudades y que ninguna de ellas desplazó a la que siempre llevó en su corazón: "He visto cosas
maravillosas: las Pirámides de Egipto, las Catacumbas de Roma, los rascacielos de New York, la bahía de
Río de Janeiro; ciudades como Berlín, Londres, Roma, París, Viena pero para mí, nada hay parecido a
San Sebastián", relata en un documento al que he tenido acceso.
Del monte Ulía a La Scala
Llegué a Gaviria por casualidad, debo reconocerlo. En los inicios de mi investigación, mi objetivo era la soprano
dramática almeriense Fidela Campiña, en cuya biografía también estoy trabajando. La Campiña y
Gaviria estuvieron casados, tuvieron una hija, Mary Margaret (Mirentxu, como su padre siempre la llamaba), vivieron un tiempo
en San Sebastián, en Villa Verdi, una casa que se construyeron en el monte Ulía y que hoy aún existe.
Mi sorpresa fue ir descubriendo que si notable fue la carrera artística de la Campiña, notable fue también
la de Gaviria. La de la Campiña empezó antes, en 1913. Teatro Real de Madrid, Mefistófeles. Hija de familia
bien. Estudios de piano y solfeo desde muy pequeña; más tarde, canto. La de Gaviria se inició en 1919.
Teatro Lírico de Milán. Il trovatore. Hijo de familia humilde. Estudios de solfeo y canto ya veinteañero.
Hambre y privaciones en Madrid.
La Campiña no encontró piedras por el camino. Gaviria tropezó con todas. Aun así, un buen
día, sus vidas se cruzaron. Juntos interpretaron Il trovatore, Aida, I pagliacci, Cavalleria rusticana, Andrea
Chénier, La fanciulla del West, Carmen, Nerone, La Gioconda, Tosca. Un larguísimo repertorio.
Juntos cantaron en el Teatro Colón de Buenos Aires (1925), Liceo de Barcelona (1929), Coliseo dos Recreios de Portugal
(1931), Victoria Eugenia de San Sebastián (1934) Y en otros muchos teatros. Juntos cantaron con el barítono
italiano Titta Ruffo, auténtico divo. De aquella época (1927), data la anécdota con la que encabezamos
este texto. Ambos, Jesús y Fidela, estaban por entonces en la cumbre de su carrera.
Pasan los años, la Guerra Civil les pilla en el monte Ulía. Parten para Italia. Jesús ya había
debutado en La Scala, en 1932; Fidela lo hará en el 37. Segunda Guerra Mundial, cantan en América. La cosecha de
triunfos, juntos o por separado, sigue su curso.
Que veinte años son nada
Pasan más años. La Campiña vuelve a cantar en España.1946. Gran Liceo de Barcelona. Tosca. Pero en
esta Tosca, el rol de Cavaradossi no fue interpretado por Jesús de Gaviria, sino por Antonio Vela. Nada excepcional,
salvo por un detalle: en el rol de Scarpia figuraba el barítono argentino Carlos María Guichandut.
Por entonces, la Campiña empezaba a descender de la cumbre de su carrera. Guichandut iniciaba el ascenso de la suya. 52
años, ella; él, 32. Veinte años son nada cuando el amor se cruza por el camino. En 1948 se casaron.
Cómo fue o no fue que un buen día se encontraron es muy largo de contar. Y, además, ésa es otra
historia.
Volvamos a la de Jesús de Gaviria. Canta por Estados Unidos y América del Sur. En 1948, regresa a San
Sebastián. Fidela ya no forma parte de su vida. Ya no es suya la casa del monte Ulía. Pone fin a su carrera. Hacia el 50, funda su escuela de canto.
En ella formó a los discípulos, todos guipuzcoanos, con los que me reuní el pasado 23 de agosto. Hablan
del carácter campechano de Jesús, de lo espectacular que fue para ellos – con poco más de 20 años
por entonces, o incluso menos, y hoy entre 67 y 84 – cantar en festivales y conciertos, preparados y guiados por su maestro.
Muestran crónicas, programas, fotos, de aquellos tiempos.
"Mira, éste soy yo con mi maestro – me señala Evaristo Bastarrica – ¡La Piazza del Duomo de Milán!
Él me acompañó. Yo era un crío, 21 años. Tres años estuve en Italia estudiando canto.
Cuando regresé, ingresé en la compañía de zarzuela de Pablo Sorozabal. Luego canté mucho por
América; y a los 33 años, lo dejé".
Ponerse la boina
Antonio González Mazquiarán vive en Italia. Allí triunfó como tenor dramático y allí
conoció a la que hoy es su mujer, la soprano italiana Alberta Pellegrini, la Mimi en La bohème del debut de Luciano
Pavarotti. "Para mí – explica Mazquiarán – Aguirregaviria no sólo ha sido mi maestro, el único, ha
sido un padre también". "Toma, a mí hasta me enseñó a ponerme la boina!", añade Bastarrica.
"Ésta soy yo –explica Mari Visi Coto, que sigue cantando en el Orfeón Donostiarra con la misma ilusión de
esos espléndidos 19 años que luce en la foto – y éste, Bastarrica. Hacíamos Amboto". La soprano y
el tenor saludan al público cogidos de la mano. 23 de enero de 1955. Teatro Victoria Eugenia. "Una vez, tenía yo
que salir al escenario y estaba como un flan. Se me acercó Jesús y me dijo: 'Chata – así me solía
llamar él – ¡sal ahí, y cómetelos!'".
Espontáneo, sencillo, de fuerte carácter, con sentido del humor, buena gente. Así definen sus alumnos a
Jesús de Gaviria. En todos ellos alentó su afición por el canto cuando eran unos chavales, y con ella
siguen. Miguel Cortijo, miembro fundador de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera e integrante del
Coro Easo durante 50 años. Evaristo Ayestarán, 30 años en el Orfeón Donostiarra, hasta hace nada.
Jesús Santos, un montón de años en el Coro Easo, y ahora en el Gaztelupe. Aún sigue cantando.
"Yo nunca pensé dedicarme a ello, yo cantaba por afición – comenta José Manuel Ruiz Ceberio. Para
mí, Aguirregaviria era historia. Tenía en su clase unos álbumes con recortes de prensa de sus
éxitos. Era un hombre muy sencillo, un poco a lo mejor derrotado, un poco solo".
Algunos de sus alumnos, entre ellos José Ramón Orozco, José Irasuegui, Manuel Larrabeiti, Leopoldo Bengoa,
no acudieron a la reunión por encontrarse de vacaciones o por problemas de salud, caso del tenor eibarrés Orozco,
que también triunfó en Italia. Otros, por desgracia, ya han fallecido, como Antxon Ayestarán, que fue
director del Orfeón Donostiarra.
A María Jesús Irigoyen, discípula también de la célebre soprano Mercedes Capsir, en
Barcelona; catedrática de canto del Conservatorio de Música de San Sebastián hasta hace unos años,
se le iluminan los ojos cuando habla de Jesús: "Tenía unos agudos impresionantes. El tenor del do, le llamaban.
Más de una vez le oí decir: 'Yo no he sido un divo, pero yo he vivido entre los divos'".
Gaviria debutó en el Teatro Lírico de Milán en 1919, con la famosísima soprano Celestina
Boninsegna. Tanto gustó el aria Di quella pira, del tercer acto, que hubo de repetirla tres veces. A partir de
ahí, los éxitos vinieron solos. Treinta años cantando. Más de 30 óperas en su repertorio; 12
de ellas, nuevas. Cantó en casi todos los teatros de Europa; en Estados Unidos, México, Chile, Perú,
Argentina, Bolivia, Uruguay, Venezuela, Brasil...
Privaciones
Contado así, parece que fue fácil, pero nada más lejos. Sólo su pasión por cantar y la
seguridad que tenía en su voz hizo que superara los difíciles inicios de su carrera: "Pasé muchos
días sin comer o, para mejor decir, sin comer de fundamento y, si hemos de hacer caso a esa frase que tienen los
portugueses de que 'no hay hambre sin frío', yo puedo dar buena fe de su auténtica realidad, y diré que
muchas veces me las pasé en Madrid, sentado en un banco del Retiro". Así de claro hablaba Jesús de sus
duros comienzos.
A Jesús Aguirregaviria, les decía, le debieron de pitar mucho los oídos el pasado 23 de agosto en Polloe.
Es más, debió de lanzar un do, de los suyos, allá donde aún seguro que disfrutan del placer de
escuchar sus célebres agudos, cuando vio acercarse a su tumba a sus alumnos y a esta periodista con un ramo de rosas.
Yo, que no soy muy de rezar, anduve meditando sobre una frase de una carta del propio Gaviria. "Lo que pasa con la niebla.
Llega y lo cubre todo; se marcha, y queda de nuevo el mismo tiempo. Así es la vida, por muchas vueltas que queramos
darle: Niebla somos, y nada más".
Estoy segura de que un día no muy lejano la ciudad que le vio nacer rescatará de entre la niebla la figura de
este gran tenor que hoy día permanece casi en el olvido.
Discography
Pathé, Milano, 1916
86619 Cavalleria rusticana (Mascagni): Tu qui, Santuzza? (w. Boninsegna) 10319, 86619
86350 Cavalleria rusticana (Mascagni): No, no, Turiddu (w. Boninsegna) 10319, 86620
Odeon, Spain, 1929/1930
Mendi-mendiyan (Usandizaga): Alare! zorioneku lekua! 121103
xxS5796 La Dolores (Bretón): Aragón la más famosa (w. Zanardi) 121118
xxS5797 La Dolores (Bretón): Por una moza del barrio 121118
La Dolores (Bretón): Ya no te temo ... Dí que es verdad (w. Campiña) 121119
La Dolores (Bretón): Perdona! De qué? (w. Campiña) 121119
xxS5863 La Dolores (Bretón): Un año dentro del alma (w. Campiña) 121133
xxS5836 La tempestad (Chapí): Salve, costas de Bretaña 121133
El roble y el ombú (Garci Arceluz) 184144
Nere etorrea (Iparraguirre) 184144
La borrachita (Fernández Esperón) 184147
La Dolores (Bretón): Henchido de amor santo 184160
El trust de los tenorios (Serrano): Te quiero 184160
I would like to thank Roberto Marcocci for biographical and discographical information.
I would like to thanks Montserrat G. Román for the dates of birth and death of the artist.
I would like to thanks Juan Dzazópulos for several corrections, and for additions to the discography
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